La idea rondó su cabeza largo tiempo. Tenía que ser emocionante, llena de adrenalina, pero demostrar también que la movilidad sustentable no solo era posible, sino que era el futuro.
En 2014, Alejandro Agag, fundador y CEO de la Fórmula E, lo hizo realidad. Estrenándose en el circuito del Parque Olímpico de Pekín, el mundo de las carreras y la velocidad entraba a la era eléctrica.
UN POWER UP A LOS MOTORES
A partir de su quinta temporada, que dará comienzo el 15 de diciembre de 2018 en el circuito de Riyadh, en Arabia Saudita, el poder de los monoplaza se aumentará a 250kW, lo que se traduce en carreras más rápidas.
En años pasados, los pilotos tenían que cambiar de vehículo a media carrera, una vez que se agotaba la carga. Sin embargo, las baterías también se han mejorado, por lo que ahora podrán completar los circuitos usando el mismo monoplaza de principio a fin.
Hoy, la Fórmula E continúa su evolución y nos sorprende con todas las posibilidades que quedan por explorar:
Talento puro, desafiantes rutas y tecnología que año tras año mejora.
